Las aduanas de un país conforman su medio de control de acceso que facilita o dificulta las entradas y salidas hacia o desde el mismo, cuyo accionar impacta sobre dos ámbitos igualmente prioritarios pero con exigencias confrontadas: el comercio, que requiere facilidades para la circulación de bienes y servicios a fin de impulsar la prosperidad del país, y la seguridad, que aplica restricciones al flujo de personas y bienes para evitar y anular la entrada de riesgos al propio país.

La concurrencia de estos dos ámbitos en las aduanas crea una contraposición de propósitos e intereses, ya que el escenario ideal para la seguridad (que de alguna manera incluyen los intereses del aspecto tributario), una revisión y cotejo del 100% de las personas y bienes, implica un efecto de demora en su flujo, se opone al escenario ideal para el comercio, que busca la máxima continuidad en dicho flujo, esto es, cero tiempo de detención.

Esta contraposición de enfoques e intereses entre seguridad, comercio y tributación, se complica cuando se agregan factores tales como las exigencias de la globalización, generalmente reguladas a través de acuerdos de libre comercio, así como los riesgos de la delincuencia organizada y el terrorismo, que por la misma globalización se intensifican en países que sirven de tránsito hacia otros que son el objetivo de tales riesgos, como es el caso de México por su vecindad con los Estados Unidos.

Bajo esta perspectiva la aduana moderna constituye una puerta hacia la prosperidad por su papel de facilitadora del Comercio Exterior, pero también puede ser la puerta para la inseguridad, en caso de que por favorecer tal propósito facilitador se reduzca el nivel de control en sus procesos, ya que éstos son los que administran los riesgos. Por ello, se puede decir que en las aduanas hoy día, merced a la globalización, se presenta una encrucijada, entre facilitar para la prosperidad y restringir contra la inseguridad.

En este sentido, las soluciones que se han creado para responder a estas necesidades, como las normas y estándares BASC, el C-TPAT y los programas de fortalecimiento y modernización organizacional, suelen combinar medidas y previsiones orientadas a satisfacer las necesidades de todos los intereses involucrados, cediendo en aspectos menos prioritarios en cada ámbito, a fin de cubrir aquellos que se consideran como críticos y de mayor relevancia para cada contexto.

Entre los mecanismos más relevantes y de interés para México, están la Iniciativa para la Seguridad en Contenedores (CSI, Container Security Initiative), parte del Plan Estratégico 2006-2001 de la Protección Aduanal y de Frontera de los Estados Unidos (USCBP, United States Custom and Border Protection), que pretende agilizar, simultáneamente, el flujo a través de las aduanas, y fortalecer la seguridad en el mismo proceso, la cual se ha implementado en los veinte puertos con mayor volumen de operaciones hacia ese país.

Otro mecanismo a destacar, es la Iniciativa de Carga Segura (SFI, Secure Freight Initiative), complementaria de la anterior, CSI, y que se enfoca a conformar una plataforma de diversas tecnologías para fortalecer los mecanismos de control. Asimismo se tiene el C-TPAT (Customer-Trade Partnership Against Terrorism), programa de asociación promovido por los Estados Unidos, que representa el reconocimiento implícito de que en materia de seguridad ya no hay lugar para los esfuerzos unilaterales.

Estas soluciones, si bien imperfectas, al menos ofrecen perspectivas factibles y viables de respuesta para todas las líneas de interés, ya que lo perfecto, muchas veces inalcanzable como sería en este caso conjuntar los escenarios ideales para ambos enfoques, es enemigo de lo bueno, que correspondería a lo que es inmediatamente posible y susceptible de utilidad. Más aún, cuando estas formas de solución amplían y mejoran sus posibilidades de éxito con el apoyo de recursos de tecnología.

En este contexto se tiene que la verdadera revolución en las aduanas es la inspección no intrusiva que agiliza y hace mas efectivo el proceso aduanero, en la cual no es necesario abrir el contenedor y tocar la carga al momento de la revisión, ya que la tecnología de rayos X permite visualizar el contenido de las mismas. De tal manera que el propietario de los bienes tiene cierta seguridad de que su mercancía no tiene contacto "manual" con los trabajadores de la aduana.

Otra innovación interesante es el proyecto para regularizar el puerto de Santa Marta, en Colombia, en el cual se plantea el uso de ciertos dispositivos que operan como precintos de los contenedores, controlados por radiocomunicación con una base de sistema de localización remota GPS, integrados en un contexto de procedimientos y protocolos de control basados en las normas y estándares BASC, cuya aplicación involucra a las empresas y las instituciones del Estado.

Este tipo de soluciones son susceptibles de integrarse al Plan de Modernización Aduanera para la Competitividad, presentado por el Servicio de Administración Tributaria en marzo de 2007, dentro de su línea estratégica de modernización tecnológica y de la infraestructura de las aduanas, en particular para la mejora de su programa de Carriles Express en Matamoros y Colombia, aunque puede ser aplicable a cualquier aduana bajo el esquema de las normas BASC, que han adoptado las medidas de C-TPAT.

El Programa de Modernización de Aduanas 2007-2012 tiene como uno de sus objetivos el facilitar y controlar el comercio exterior, para lo cual contempla como una de sus iniciativas de transformación el Plan de Modernización de Aduanas para la Competitividad, cuyo objetivo es posicionar a la aduana como elemento facilitador del intercambio comercial, que de manera efectiva combata prácticas ilegales asociadas al comercio exterior y que colabora en la seguridad nacional.

En este contexto, en México a partir de 2006 se ha incorporado el uso de técnicas no intrusivas en la revisión de carga, lo que se integra a una de sus líneas estratégicas enfocada a contribuir al fortalecimiento de la seguridad nacional, sustentado en el uso de infraestructura tecnológica que permita la identificación de mercancía dual y de tecnología de uso militar, en la que se incluye los equipos de rayos X, rayos gamma, sistemas de video vigilancia y en general de tecnología de punta.

En términos generales se puede decir que en la actualidad cada innovación a las formas de operación en las aduanas contribuye a facilitar el desarrollo de los procesos comerciales bajo condiciones de alguna manera aceptables de control, en términos de tributación, y de seguridad en cuanto a la prevención de riesgos, ya que no existe ningún sistema 100% seguro. Por lo que existe una fuerte posibilidad de que estas condiciones aceptables de seguridad no sean suficientes para evitar algunos de tales riesgos.

Estas posibilidades de riesgo se ubican en el ámbito de los intereses de los grupos criminales, vinculados ya sea a la delincuencia organizada para el contrabando, el narcotráfico o la inmigración ilegal, o al terrorismo en un contexto globalizado, o bien a ambos. Intereses criminales sin ninguna clase de dudas o escrúpulos para recurrir a cualquier oportunidad, cualquier acción, incluso extrema, cualquier medio, lícito o ilícito, para lograr sus propósitos, en ocasiones auxiliado de la corrupción.

Muestra clara de ello es el flujo constante en el tráfico de drogas y de migración ilegal en un sentido, así como de armas y dinero en el otro, a lo largo de la frontera entre México y los Estados Unidos, que en medio de un clima de violencia, extrema en ocasiones cada vez mas frecuentes, ninguna barrera física, tecnológica o de presencia humana ha podido detener, a pesar de las furibundas y enérgicas órdenes y declaraciones promulgadas por autoridades de ambos países.

El comercio es la fuente de prosperidad para cualquier comunidad y no es posible detener su flujo sin afectar su bienestar, y menos aún en esta época de globalización. De tal manera que se puede decir que la prosperidad requiere de facilidades de tránsito, entre ellas los procesos en las aduanas para el cruce de fronteras. Pero al mismo tiempo, la seguridad de las naciones requiere de restricciones, en especial ante la globalización del terrorismo después del 11-S, y de la delincuencia organizada en general.

Por ello se tiene que asumir una realidad inevitable, que cualquier solución con alguna forma de controles aminorados para facilitar el flujo comercial, como es el caso de las normas y estándares BASC e incluso el C-TPAT, CSI o SFI, que delegan y confían en las empresas parte de los procesos de verificación, aún con todos los apoyos tecnológicos que se utilicen, constituye un espacio de oportunidad que en algún momento será aprovechado por algún grupo criminal.

En consecuencia, se puede decir que hoy día toda nación se enfrenta a una encrucijada justo ante sus puertas, decidir entre facilitar para impulsar la prosperidad, o restringir para preservar la seguridad, donde cualquier concesión en beneficio de un sentido creará alguna clase de problemas para el otro. Es el precio de vivir en una sociedad globalizada con un libre goce de sus derechos.